Un chico de 22 años que ve revoletear algo pequeño en el árbol de la guayaba,en principio piensa en luciérnagas y al conseguir atraparlo se queda sorprendido al encontrarse con un hada entre sus dedos.
Está ocurriendo en Mexico y el lucro que obtiene por cobrar la visita para contemplar la imagen plastificada que muestra , para mi es lo de menos. A nadie hace daño mostrando el producto de su imaginación. Una noche él soñó y como quien escribe un verso , vende su sueño. Existen todo tipo de exposiciones por las que se cobra la entrada y porqué iba a ser menos este chico que vió una luz volando entre las guayabas.
En las noches de verano salgo a mi terraza, que llamo mi pequeño jardín y me tomo unas ciruelas contemplando la luna, respirando el aire que no consigue entrar en la habitación. Miro las plantas y a veces me parece que las veo crecer, lo verde me da vida. Una mañana me encontré con unas manchas de sangre en las baldosas, pude haber hecho cualquier teoría sobre un crimen, durante un tiempo mi cabeza comenzó a dar vueltas tratando de averiguar la procedencia, pero al final comprendí que había sido el zumo de las ciruelas.
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