jueves, 16 de diciembre de 2010

Neds

Aunque suelo huir de cualquier película que huela  a violencia , llegué a esta por el premio  de la Concha de Oro y supongo que por el frío que hacía en la calle.
El tema de la educación represiva , las familias con duros problemas, el bandalismo juvenil, tienen a mi entender aquí un escape de connotaciones casi mágicas. La música es capaz de no dejarte entrar en las escenas más duras llevándote por otros derroteros, lo cual es de agradecer  y el final, seguro que para muchos excesivamente extravagante a mi me deja un hálito de esperanza dentro de la desesperanza.
La película comienza con un niño que es premiado en primaria y como su ingreso, que podría haber sido  brillante en secundaría se ve truncado por las amenazas de un matón de barrio y los posteriores episodios de lucha consigo mismo por avanzar en sus estudios facilmente o dejarse arrastrar por el mundo de la calle que le permite vengarse de una forma aunque sea tangencial del resto de los problemas y humillaciones. La figura de su hermano mayor se mece a  la sombra de sus nuevas amistades que sienten pánico y admiración por él, a la vez que los profesores le discriminan por esa misma circunstancia de parentesco con el problématico ex alumno.
Las durísimas escenas con el padre enfermo, la lucha entre venganza y perdón y la figura de una madre que se afana por sobrevivir en medio del infierno que tiene por hogar y el hospital en donde trabaja . Todos los personajes tienen una carga emocional  muy pesada , todos ellos pueden explotar en cualquier momento y lo hacen pero la espiral sigue cavando un agujero del que no se sabe como escapar.