El ermitaño subía a la montaña y allí moraba lejos de la existencia mundana, como Zaratustra, como el barón rampante de Italo Calvino, a veces nos apartamos de las gentes y nos cobijamos en nuestra soledad o nos recreamos en ella. Nos sentimos altos, prepotentes incluso de nuestra decisión . Creo que no es sabio por mucho que sea común en los sabios, por eso hoy pienso que es mejor dejar los balcones abiertos .
viernes, 10 de diciembre de 2010
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