jueves, 14 de enero de 2010

Con tres heridas

Los perros ladran a los lejos en la noche cuando Pepe baja del monte y pasa cerca de las casas. Algún vecino se asoma, algún vecino sospecha algo porque al día siguiente la guardia civil se presenta en casa de Valentina y la saca a empujones, la amenazan, la abofetean y Consuelo llora. Uno de ellos le ofrece a la niña una muñeca a cambio de que le cuente si ha visto a su tío, el otro se acerca y la engancha por una oreja, le da unos buenos tirones, pero las mujeres no hablan. Ningún vecino se asoma, nadie se atreve a salir de su casa. Valentina durante muchos días no enciende la vela por la noche en la ventana para que Pepe no vuelva y reza para que no le encuentren, para que no le pasa nada y reza para que sus otros hermanos sigan con vida y tiene miedo y hambre pero siempre llega alguien con un plato de comida y también con noticias, casi siempre malas. Han detenido a Pepe, está en un calabozo . Cuentan que su mujer se acerca todos los días a suplicar que la dejen verle. Le encontraron en el monte en calzoncillos, cuentan que se ha vuelto loco. Un día tras otro intenta verlo su joven esposa, a veces se acerca con los niños , el pequeño en brazos, los otros de la mano y se queda a las puertas del cuartel esperando, hasta que un día salen y le dicen que ya puede verle. La llevan a la parte de atrás y allí está Pepe tirado en el suelo con varios tiros, la advierten que no podrá enterrarle en campo santo y el cura viene a por los niños y les lleva a bautizar, a la pequeña le cambian de nombre, su padre la había llamado Acracia y así la llamaran toda la vida diga lo que diga la hoja de bautismo.