lunes, 2 de marzo de 2009

Que si que no que en esta está

He vuelto a encontrarme con Cortazar después de varios años y ha sido en un cuento que no había leído y que me llevó de nuevo a Rayuela, a sus juegos de las casualidades buscadas al “ que sí, que no que en esta está”.
El amor para él tenía que ser producto de los hados, hacía lo posible por arrancarlos de sus bosques y les convocaba con urgencia a su vida cotidiana. Si no había algo mágico, algo casual, simplemente negaba la existencia. “ Andabamos sin buscarnos, pero sabiamos que andábamos para encontrarnos” Refiriéndose a la Maga en Rayuela.
El resumen del cuento que transcurre en el metro de París es una transcripción de un párrafo del propio relato.
La regla del juego era esa, una sonrisa en el cristal de la ventanilla y el derecho a seguir a una mujer y esperar desesperadamente que su combinación coincidiera con la elegida por mí antes de cada viaje; y entonces – siempre hasta ahora _ verla tomar otro pasillo y no poder seguirla-
Pero en uno de sus juegos decide romper la regla y aborda a una chica que ha cruzado la mirada con la suya a través de la ventanilla, aunque no ha seguido el trayecto que él previamente había elegido, entonces se acerca y le dice: No puede ser que nos separemos así antes de habernos encontrado.
El relato que se titula "Manuscrito hallado en un bolsillo", me ha hecho volver a sentir esa especie de magia de todos nuestros actos cotidianos, a indagar en el mundo de las casualidades como hice en otros tiempos casi como una verdadera superstición o más bien como una devoción. Hacer de la vida un juego es casi un arte .