miércoles, 9 de marzo de 2011

Los muertos vienen al plató o más allá de la mentira

Me duele en el alma que apelen al dolor profundo y a la desesperación ante la pérdida de los seres queridos para crear audiencias en ese programa al que llevan a una espiritista a contactar con los muertos. Se me hace increible poder pensar que alguno de sus invitados se pueda creer esa pantomina, tanto como que no creyendo se presten a ello. Si profanar tumbas es un delito, esto es algo similiar.
Me duele pensando en las personas que han perdido a un ser querido y se puedan creer en sus casas que existe la posibilidad de comunicarse con él y me averguenza que alguien conceda más crédito a esa señora por su apariencia elegante y con su vocecilla inglesa que da al público esa sensación de profundidad, del " más allá" que a otra vulgar engañadora de barrio. La impotencia de no volver a estar con las personas que quieres y que se han muerto puede hacer que caigas en lo irracional, pero prestarse a ello en público y supongo que con dinero de por medio, me parece más que vergonzoso delictivo y no sólo moralmente.