lunes, 14 de diciembre de 2009

Un nuevo fruto

Manzana guardada en la mesilla de noche, sueños con el galán de la camisa blanca que la agarra por la cintura y la echa a rodar por la hierba y pecado dicen que es algo tan dulce. Se ven a escondidas y todos lo saben. Corre el verano de sol y de fiesta . El abuelo comienza a menguar en razón y en esqueleto y de nada se entera, porque sólo habla del pasado y a Valentina llama por el nombre de su hija y ella contesta, nada pasa, sólo el enamoramiento ronda por su cabeza y le silba a deshoras en la puerta de la casa y ella sale corriendo y vuelve sofocada cuando el gallo canta y el alba se despereza.
El otoño llega taimado, las mañanas son frescas, el galán ya apenas llama, dice que se va a ir a trabajar afuera, que volverá para casarse y ahora son amargos los despertares, con nauseas y vomitera.