jueves, 16 de abril de 2009

visita de medianoche


A medianoche me desperté, quizás de una pesadilla que no recuerdo y al abrir los ojos, en la penumbra del pasillo, desde la cama ,vi claramente a un hombre vestido con traje beige que llevaba una pequeña maleta en la mano. Parecía joven, esbelto, con figura de maniquí. Al incorporarme un poco, tratando de observar mejor ,él se fue desplazando lentamente hacia atrás y desapareció. Aunque estaba asustada, inmediatamente el sueño me venció y me dormí cavilando, dándole vueltas al significado de la visión, porque fue eso, una visión. No era un sueño, yo tuve los ojos abiertos y llego a la conclusión, no sé si errónea, de que hay en el cerebro alguna posibilidad intermedia entre los sueños y la vigilia, quizás estuve por unos instantes en ese estado al que llegan los delirios del febril , del loco o de quien sufre efectos alucinógenos por alguna droga. No creo estar loca, pero he sentido el miedo a no ser dueña de lo que creemos la realidad, porque “esa” depende de nuestros sentidos y si estos nos traicionan aunque sea por un breve intervalo de tiempo el abismo se abre .