martes, 5 de abril de 2011

En el mar hay cocodrilos

Fabio Geda escribe la odisea de un niño de diez años a quien su madre abandona tratando de salvar su vida con un único equipaje que son los tres consejos que la noche antes le hace prometer que seguirá: No tomar drogas, no empuñar armas y no robar. Este muchacho se verá solo e intentará huir de las ciudades inhóspitas de los trabajos duros, de la policia , de los traficantes de seres humanos y  logrará sobrevivir atravesando Afganistan, Irán, Turquia y Grecia para llegar a Italia después de cinco años. Esta es una historia actual, él sabe que hay muchos, tantos como él y que no correrán la misma suerte.
El problema de la emigración no siempre tiene la cara feliz de Enaiat quien ahora estudia y trabaja en Italia, pero este relato nos debería de ayudar a reflexionar.
Vivimos en esta parte del mundo y hacemos problemas de cosas absurdas . Me lo digo a mi misma, me lo diré cuando cualquier pequeña incomodidad nos saque el malhumor , la agresividad y la queja perpetua. Me siento impotente de no poder aportar  nada .

4 comentarios:

Blao dijo...

Y a ese mismo sentimiento revuelto de impotencia y empatía me uno por ver si de una vez comprendiéramos que todos, todos vamos en el mismo barco.

Zorro de Segovia dijo...

hace unos minutos comentaba que lo que más me preocupa del caso Strauss-Kahn es que ojalá la camarera implicada tenga los papeles en regla. El inmigrante siempre lo tiene más jodido.

PSYCOMORO dijo...

Siempre nos anclamos a unos problemas que no llegan a ser nada distinto a nuestra propia autocomplacencia y una falta de seriedad alarmante. Cuando atiendes a la lucha de la gente de verdad, aquella que realmente puede perderlo todo de golpe, te sonrojas con tus pequeños dolores de cabeza. Entrada importante, Madelen, muchas gracias.

Anónimo dijo...

Compartir libros es mucho. Con algunas personas, es un jodido privilegio, una suerte... Mucho más que papel... Es compartir casi el alma (Debe ser que estoy moñas, mañana vuelvo al curro. Tortuga.

Pd: Me gusta tu logo, unos pies que te llevan a todas partes.